martes, 31 de julio de 2012

QUINA

(Cinchona officinalis)
La quina o quinaquina es la corteza del quino o "cascarilla",1 de aspecto y cualidades diferentes según la especie de que procede.

La quina es un medicamento febrífugo, tónico y antiséptico. Se emplea principalmente como tónica en forma de polvo, extracto, tintura, jarabe, vino, etc.; y al exterior en infusión o cocimiento para el lavado de heridas y úlceras.

Contiene diversos alcaloides, de los cuales los más abundantes e importantes son cuatro, todos útiles como antipalúdicos y empleados colectivamente para preparar la totaquina. Éstos son: quinina, quinidina, cinconina y cinconidina. Aparte de alcaloides, posee también principios astringentes (taninos proantocianidoles dímeros y trímenos) y otros compuestos como ácidos orgánicos (ácido quinotánico, rojo cincónico) o compuestos terpénicos que intervienen en su amargor.

La corteza de quina era utilizada por culturas precolombinas del Perú como medicamento, antes del descubrimiento del Nuevo Mundo. Sus virtudes fueron reconocidas en Europa recién en 1631, fecha en que fue llevada por el jesuita Alonso Messia Venegas a Roma, enviado por el primer farmacéutico del Colegio Máximo de San Pablo de Lima, el jesuita italiano Agustino Salumbrino quien había observado en el Perú su uso para eliminar tembladeras; luego fue difundida y comercializada por los jesuitas e importada oficialmente por Francia. Durante la segunda mitad del siglo XVIII se realizaron estudios botánicos de varias especies y variedades de quino, incluidas dentro del género Chinchona o Cinchona, por una leyenda que asegura curó a la condesa de Chinchón, esposa del virrey del Perú, conde de Chinchón. Por este nombre se la conoció desde mediados del s. XVIII, cuando el naturalista sueco Carlos Linneo hizo su clasificación científica. Algunos consideran a la corteza de cheta como nombre originario de la quina, “la más importante planta medicinal de ultramar”, que según estas versiones habría sido descubierta a comienzos del s. XVII en el Virreinato del Perú, Corregimiento de Loja, cerca del pueblo de Malacatos (hoy Ecuador).

La corteza se impuso como remedio y febrífugo absoluto. La gente de Malacatos y Loja, "conocían, al parecer desde siempre, la virtud de la quina y gracias a ella estaban sanos". La corteza milagrosa se vendía a precio de oro y comenzó a ser demandada cada vez más, llegando a la sobre explotación intensa de la cascarilla, por lo que está en peligro de extinción.

La quina constituye uno de las materias primas empleadas en la fabricación de la bebida tónica (y medicinal) denominada amargo de Angostura, desarrollada por Johann Gottlieb Benjamin Siegert a comienzos del siglo XIX en la Angostura del Orinoco, ciudad después rebautizada como Ciudad Bolívar, una de las grandes urbes de la cuenca del Orinoco. Mientras traducía el Tratado de William Cullen (A Treatise on the Materia Medica), Samuel Hahnemann descubrió que la corteza del árbol del género Cinchona, era efectiva para el tratamiento del paludismo debido a su astringencia.

Samuel Hahnemann se dio cuenta que otros agentes astringentes no eran efectivos contra el paludismo o malaria y comenzó a aplicar sobre sí mismo para verificar estos efectos, hallando que la droga evocaba síntomas afines al paludismo en su persona, concluyendo que así sería en una persona sana. Le permitió postular el principio curativo homeopático. Un preparado a base de Cinchona en homeopatía se denomina China.

La quina o quinaquina es la corteza del quino o “cascarilla”, de aspecto y cualidades diferentes según la especie de que procede.
Los más importantes son cuatro, todos útiles como antipalúdicos y empleados colectivamente para preparar la totaquina, quinina, quinidina, cinconina y cinconidina. Aparte de alcaloides, posee también principios astringentes (ácido quinotánico, rojo cincónico).

Luego de años de investigación, la bióloga Albán logró hallar al árbol, de 2,30 metros de altura, en las localidades norteñas de Ayabaca y Huancabamba, región Piura; y en Jaén, región Cajamarca.

En Perú existen 17 especies del árbol de la quina, pero la que contiene mayor alcaloide es la “cinchona officinalis”, que es también la más explotada para su exportación.

“Es necesaria una agresiva cruzada de reforestación de esta especie”, dijo la bióloga, tras indicar que junto con científicos de una universidad particular se trabajará con el código ADN para tener una identificación máxima de este espécimen.

“Una vez conocidas sus características podemos emprender la campaña con todos los organismos para reforestar al árbol de la quina”, agregó.

Por su parte, el estatal Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena) anunció una serie de acciones, como realizar un censo para determinar cuántos árboles y bosques de quina existen en país, pues desde hace más de 20 años no se tiene un registro.

Inrena informó que algunas investigaciones arrojaron que habría árboles en las alturas centro andinas de las regiones Junín, Huancavelica, Apurímac, y que existe una expedición de biólogos para determinar si son de la especie “cinchona officinalis”.

Otro intento para salvar a esta especie la viene realizando el biólogo Alex Cox. En laboratorio, el científico la está germinando “in vitro” con el objetivo de reproducir los 17 tipos de quina.

Los productos químicos que han reemplazado a la quina natural alejaron a los inescrupulosos que arrasaban la corteza de este árbol y la sacaban de contrabando hacia el exterior, señalan los científicos.

Algunas de las especies del árbol de la quina se encuentran también en Ecuador, Bolivia yColombia.

Paludismo: En un litro de agua, ponga 10gr. de la corteza de la quina y hierva durante 1 hora. Tome de éste té, 3 tazas al día.

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